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BE RIGHT BACK (AHORA MISMO VUELVO)

  • Foto del escritor: Daniel Incera Muelas
    Daniel Incera Muelas
  • 24 oct 2019
  • 2 Min. de lectura

Resumen:


Este capítulo aborda como Martha sufre la pérdida de su pareja, Ash, en un accidente de coche. Tras varias dudas decide seguir el consejo de una de sus amigas, la cual le habla de la presencia de un programa tecnológico que le permitirá volver a hablar con su novio. Por otro lado, Martha en su afán por volver a estar con su pareja opta por llegar más lejos, contratando un servicio especial que le permite la presencia de Ash físicamente y donde la inteligencia artificial imita el comportamiento y las reacciones de Ash.


Como se puede observar, dicho capítulo permite abrir numerosos debates pero nos centraremos en uno sólo: la posibilidad de sustituir al ser humano.


Ya en el capítulo esta remota idea, o no tan remota, comienza a descomponerse debido a factores como la falta de empatía, espontaneidad, naturalidad, errores y sobre todo de sentimientos.


Me gustaría extrapolar esta situación al mundo educativo, por ello ruego que se imaginen un aula donde las clases corren a cargo de un robot. ¿Realmente le veis un futuro prometedor? Desde mi punto de vista esto sería imposible. Estamos hablando de una máquina que carece de sentimientos y donde eliminaríamos un aspecto fundamental en el proceso de enseñanza-aprendizaje, las emociones. Una película puede transmitir emociones y hacerte llorar, reír o enfadar, al igual que un robot puede hacer en la educación, pero lo que ni una película ni un robot saben hacer es interpretar los sentimientos y emociones de los alumnos, sus miradas, ganas de aprender y temores.


Del mismo modo considero que los avances tecnológicos se adentran en campos donde su presencia carece de importancia, y me explico: ¿cuál sería una de las consecuencias de crear un robot que fuese capaz de sacar el mayor rendimiento de los alumnos? Pues la desaparición de los maestros de las aulas. Puede ser que como lector y no maestro restes importancia a esta consecuencia pero extrapolémoslo a diversas profesiones. Si se puede crear un robot maestro, se pueden crear robots policías, cajeros, barrenderos, futbolistas… sería una simple forma de inutilizarnos como humanos, ¿cuál sería nuestro futuro, de qué íbamos a vivir?


Existen multitud de campos que demandan a gritos mayores estudios e inversiones, que necesitan de las innovaciones tecnológicas, por ejemplo, el mundo de la medicina y las enfermedades.


Por último, me gustaría aclarar mi postura, pues no estoy en contra de las innovaciones tecnológicas en el aula es más deseo que estas lleguen cuanto antes pero si no hablamos de las tecnologías para sustituir a los maestros sino de las tecnologías para complementar nuestro trabajo.

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